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12 de agosto 2011
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HISTORIAS QUE CONVIVEN EN LA REINA DEL PLATA
Porteños por adopción
Un inglés que escribe un libro sobre la experiencia de tomar todas las líneas de colectivo de la Ciudad, una rusa que estudia Letras en la UBA, un francés deslumbrado por la cancha del Globo y el Club Gricel y una venezolana que vino de vacaciones y encontró el amor. Extranjeros que eligieron vivir en Buenos Aires.
Por María de la Paz García-
Nació en Sheffield, Inglaterra. Es escritor. Tiene 35 años.
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Vine a Buenos Aires por primera vez en febrero de 1997, en un colectivo desde Paraguay. Mi primera acción en la ciudad que sería mi hogar por doce años fue subir y bajar varias veces la calle San Martín en el microcentro, buscando un hostel que se encontraba en la esquina de Juan B Justo. Bajo el sol de febrero y con una mochila pesada en mi espalda, pasé dos horas así hasta que un policía me avisó que tenía que tomar un colectivo hasta la Avenida San Martín.
Mucha gente se queda impactada que yo me haya quedado acá durante todo el quilombo de 2001. La verdad es que no me afectó mucho. Por ejemplo, me acuerdo de un cacerolazo en Palermo aquel fatídico 20 de diciembre. Odié a mis vecinos por hacer tanto ruido justo en el horario que estaban dando Seinfeld por la televisión. Mi papá ofreció mandar pasajes para sacarnos a mí y a mi esposa del país. Le dije que viniera para acá, que el clima estaba divino.
En el 2009, después de diez años en Palermo Viejo, decidí que el barrio se estaba llenando de extranjeros y que quería conocer el verdadero Buenos Aires. Así que me mudé a Belgrano R. Lo primero que me dijo un taxista al mudarme acá fue: “Belgrano está lleno de niños y heces caninas”. No fueron sus palabras exactas, pero resultó ser verdad. Hay calles que tengo que acordarme de evitar en ciertos horarios porque hay dos colegios privados en cada lado y no se puede pasar por la cantidad de niños en la vereda. Lo mismo me pasa con las heces caninas.
A muchos extranjeros nos cuesta explicar por qué nos gusta Buenos Aires. Hay cosas obvias –la carne, las mujeres, un generoso régimen impositivo– pero la verdadera razón por la cual Buenos Aires les gusta a tantos extranjeros es inexplicable. Es una cosa que sentís en el aire, en las calles, en el eterno placer de escuchar la voz de Chiche Gelblung.
Me gusta tanto Buenos Aires y sus inexplicables que hace dos años decidí tomar todos los ciento treinta y pico de colectivos de la ciudad, por su recorrido entero, para después escribir un libro terriblemente ocurrente sobre la aventura. Llegué hasta el 7 y me pudrí del frío, y de la incomodidad y mareo de viajar todo el día en un colectivo desde Liniers hasta Retiro y de vuelta hasta Liniers. Además, me quedé sin monedas. Suspendí el libro y me olvidé del asunto. Pasaron dos años y mencioné esto de paso en una nota que escribí para otro diario.
Hubo tan buena respuesta a mi plan de tomar todos los colectivos de la ciudad, que decidí que voy a intentarlo de nuevo. Entre el 21 de septiembre de este año y el 21 de marzo del año que viene, me espera una gran aventura. Podés leerme, colectivo por colectivo, acá: danieltunnard.blogspot.com . El otro libro que estoy tratando de publicar se trata de un cineasta de Buenos Aires que encuentra a Brian May, el guitarrista de Queen, en su placard. ¿Qué hace Brian May en el placard de un extraño en Buenos Aires? Van a tener que leer el libro. Que Argentina sea tan Queenera es una de mis principales razones por vivir acá. Quiero vivir en una ciudad donde definen quién sos en la primaria según la dicotomía Queen/Kiss.
Nota completa: www.larazon.com.ar
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Gracias por repostear amigo!
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